Fue entonces cuando el Arlequín negro se dio cuenta que poseía muchas mas fuerza de lo que su débil cuerpo demostraba, aunque era de suponer que la adrenalina jugaba un rol muy importante en su actual estado. Cuando arranco el anillo del frígido dedo, noto la dislocación de huesos, pero no le importo, y salto dentro de su paralelo mundo con un ademan de reverencia.
La luna arrullaba suavemente en lo alto y el viento resonaba en sus cascabeles.
Estaba cansado, y seguramente seria la ultima recolección de la noche.
Se dejo llevar por el suave canal de sus pensamientos, mientras se arreglaba los guantes de terciopelo.
