Sentí fuerte la letra de la canción blasphemous rumours de Depeche Mode, me daba rabia pensar que era él que reiría al recibirme, pero no! Yo lo encontraría riendo al cortar su plan conmigo.
Me hice atea a los 12 años, ya no quería seguir dandole mi energía a un ser tan egoísta.
Cuantas veces lo he intentado, realmente no lo se, y tampoco tiene importancia porque…aquí estoy.
Puedo decir que se hace adictiva la sensación de dañarse. Cuando niña me cortaba mucho los brazos, y aveces, de forma muy extraña, vuelven las ganas de hacerlo muy fuerte, entonces pienso que debería tatuarme.
Son dolores similares, y la sensación de una costra latente en tu muñeca es mejor vista cuando lleva un hermoso dibujo.
Aunque, debo defenderme de igual forma, siempre aproveche la sangre de mis cortes para pintar mis dibujos.
Pero, que diablos, es tan decepcionante ver que la sangre en el papel al oxidarse queda exactamente como si hubiera pintado con té, que mal.
Volví a leer La Naranja Mecanica, de Burgess, y puedo darme cuenta que he crecido. Ya no me reía con gusto de los juegos de Alex, incluso sentí que se me revolvía el estomago. Soy un correcto ser humano.
Y ahora, es la misma fecha…la misma maldita fecha en que mi mente se va en el lago de brea, espeso, negro, pegajoso. Será el sol, será mi cumpleaños, será que todo termina en julio? No lo se, pero triste es mi nombre nuevamente.
Lo llevo como estandarte porque se que pasara.
Como todo. Te lo juro.
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"Tambien digo "jo" muchas veces. En parte porque tengo un vocabulario pobrisimo, y en parte porque a veces hablo y actuo como si fuera mas joven de lo que soy."