Me gustaba visitarlo.
Me gustaba ver su humedad escalando en los muros, tratando de batallar con el escaso calor de un perdido rayo de sol, pero aun así, como no queriendo, ganándole al verde musgo.
Me gustaba cuando me respondía con ecos musicales mis pasos, en sus pasillos de penas secas.
Me gustaba llevar ramitos de flores silvestres, y repartirlas entre los olvidados; los dormidos del recuerdo, o quizá, los ya no tan poco acompañados.
Me gustaba sentarme en la avenidas Los Castaños, quedarme quieta y en silencio, y enredarme entre las decadentes notas musicales, que exhalaban unas polvorosas y desteñidas tarjetas de cumpleaños.
Me gustaba explorar los pasillos, criptas abiertas de vertiginosas escaleras, corredores donde el calor no entraba ni en pleno enero, puentes y pasarelas, y cada rincón que escondía sus mágicos jardines.
Me gustaba mirar sus estatuas, y bailar con ellas tomando sus manos frías.
Me gustaba visitarlo.
martes, 24 de mayo de 2016
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"Tambien digo "jo" muchas veces. En parte porque tengo un vocabulario pobrisimo, y en parte porque a veces hablo y actuo como si fuera mas joven de lo que soy."