La ventana es blanca, y el pegamento envejecido tiene el color del cielo.
Mis pies aveces no quieren nada, y mis ojos ya se cansan de no ver nada.
El árbol de afuera me sonrie y me hipnotiza.
Humo, humo y mas humo.
Las horas pasan lentas, pero cuanto volteas la cabeza, el tiempo pasa volando.
Y la noche te aturde fuerte (o las pastillas!), y nisiquiera sabes si ya paso.
Me derrito lentamente y solo me concentro en el reloj. No hay nada de que hacer.
viernes, 18 de agosto de 2017
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"Tambien digo "jo" muchas veces. En parte porque tengo un vocabulario pobrisimo, y en parte porque a veces hablo y actuo como si fuera mas joven de lo que soy."